jueves, 23 de enero de 2014

Aproximación a la IRIDOLOGÍA

Entorno a la pupila de cada ojo hay una estructura para la que la ciencia convencional aún no tiene una explicación completa. Es un reconocido indicador de la herencia que se diferencia, fundamentalmente, por el color: el iris.

Los ojos y la piel que rodean al iris son indicadores de gran variedad de factores personales. Podemos deducir que la salud y vitalidad de alguien están bajo par si sus ojos están cansados, rojizos (color sangre) o faltos de brillo, o si tienen círculos oscuros por debajo; por el contrario, una chispa en los ojos de alguien puede mostrar risa, alegría o amor.

Desde las primeras épocas de la civilización humana, los ojos se han usado para obtener información sobre sus dueños. Los chinos distinguían las tendencias de salud del individuo en función del tamaño, forma y disposición de sus ojos, y en la tradición ayurvédica de India, el color de los ojos es parte de la dosha o constitución de la persona.

De este modo, mientras que el color del iris es indicativo de las tendencias hereditarias sobre la pureza o la impureza de los humores corporales, la densidad representaría la medida de lo que podemos denominar tono, poder, vitalidad, resistencia o poder de recuperación de la enfermedad» (Henry Lindlahr).

En iridologia, la idea general de las tendencias disfuncionales del paciente nos la dará la calidad del  iris.

Para poder hablar de la densidad o calidad del iris es muy recomendable hacer un repaso sobre la anatomía del iris, puedes ver una exposición del Dr. Sergio Bonafonte, sobre la anatomía del ojo, en este vídeo.

Asi pues, los primeros signos generales que observaremos será la densidad del iris y su color.

La densidad del iris nos indicará si estamos ante un iris fuerte o un iris débil, representando el tono, la vitalidad, la resistencia o fuerza de recuperación ante la enfermedad.

El color del iris indicará las tendencias de disfunciones hereditarias y vendrá dado por la pureza o impureza de los humores corporales.

La densidad  del iris es un signo que aparece a edades tempranas y está determinada genéticamente; este dato se puede  comprobar fácilmente haciendo estudios familiares.

La calidad o densidad del Iris se puede valorar de diferentes formas, dependerá del autor.

Dorothy Hall, expone las densidades, de peor a mejor, en tipos de red, tela de saco, lino, lino-seda y seda; refiriéndose, evidentemente, al entretejido de las fibras del iris.

Jensen, en la misma línea, hace una clasificación según tipos de maderas, como pino, en la densidad más ligera, y roble, en la más perfecta. Esta clasificación es muy ilustrativa, puesto que nos da idea de su significado: el de la resistencia general, de forma que la madera de pino, sin ser anormal, es mucho más débil que la de roble.

También se pueden clasificar los iris del  1 al 5 siendo el 1 el valor para el  iris  de una calidad superior y el 5 para los iris de calidad pésima.  Estas gradaciones de la densidad tratan de ser expresión de la variabilidad normal del iris humano. No existen, pues, iris que se puedan catalogar exactamente en una u otra categoría, pues el iris perfecto no existe, así como tampoco el iris absolutamente "malo".


La densidad es uno de los datos más fáciles de observar y de alto valor diagnóstico.

Densidad 1 (Seda)

Las fibras del iris casi no se observan, no presentan ondulaciones, ni lagunas ni señales blancas de irritación.
Las fibras aparecen compactas y finamente unidas entre sí.
Todo ello indica una fuerza constitucional elevada, con alto poder de recuperación frente a la enfermedad.
Las personas que tienen este tipo de iris pueden vivir muchos años, aunque no se preocupen en absoluto de su salud.

Densidad 2 (Seda-Lino)

Las fibras se ondulan y aparecen pequeñas lagunas o señales en "pelo peinado", usualmente de color claro.
Las fibras se separan algo en ciertas zonas, mostrando un característico ondulamiento de su trayectoria.
Esta densidad indica que existen algunas zonas con procesos de debilidad o irritación, con la posible presentación de enfermedades agudas (esencialmente).
Buen pronóstico general. Es más fácil valorarlo en los iris azules, ya que en los pigmentarios no podemos valorar la presencia o ausencia de ondulación de fibras (puesto que las fibras no se ven).
En estos casos, valoraremos sobretodo la ausencia de lagunas y la perfección relativa del tejido observable.

Densidad 3 (Lino)

En ciertas zonas del iris o en su totalidad se observa la presentación de deshilachamientos moderados de la estructura del iris, dejando entrever usualmente algunas lagunas, debilidades, o bien otras señales menos importantes.
La mayoría de la gente presenta una densidad 2 o 3.
Esta densidad indica una debilidad constitucional heredada, pero de carácter muy moderado, considerada de pronóstico normal.

Densidad 4 (Tela de Saco)

El iris presenta abundantes signos, especialmente de "laguna". Cuando se localizan alrededor de la corona del iris, de forma simétrica, forman los denominados "Iris margarita", puesto que las lagunas simulan los pétalos de esta flor.
Las fibras radiales del iris se desvían con frecuencia de su trayectoria, invadiendo los sectores vecinos. Esto indica un estado evidente de debilidad constitucional, que habrá de valorarse en relación con el estado de salud y con la presencia de otros signos que indiquen alguna tendencia patológica más.
La recuperación de patologías en las personas con esta densidad de iris suele ser más difícil con convalecencias largas y,  debido a la escasa fortaleza constitucional, en muchos casos no llega a ser completa.

Densidad 5 (Red) 

El iris presenta múltiples cavidades alveolares, eventualmente pueden observarse criptas.
Las fibras pueden seguir una trayectorias dispares, desviándose del eje radial del iris.
La estructura del tejido del iris no es de buena calidad, con irregularidades, criptas u otros signos.
No hay que confundir a este iris con el iris de debilidad conjuntiva, el cual marca un tipo constitucional.
El iris de esta densidad, es el peor de la escala de clasificación, aunque no indica enfermedad por su mera existencia, sino tan sólo debilidad constitucional.
Una persona con densidad débil puede vivir muchos años si lleva una vida higiénica y con correctos hábitos de vida.

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