Se ha demostrado repetidamente que el brócoli es un alimento de la naturaleza muy valioso para promover la salud, capaz de prevenir un gran número de problemas, que incluyen entre otros: hipertensión, alergias, diabetes, osteoartritis y cáncer. Pruebas recientes realizadas en las células y tejidos, muestran que un componente del brócoli, el sulforafano, bloquea una enzima destructiva que es clave en el daño al cartílago.
También se ha demostrado que el sulforafano, un compuesto de azufre, mata las células madre de cáncer, por lo tanto disminuye el crecimiento tumoral. También normaliza la metilación del ADN, que es importante para la regulación de la expresión genética.
En concreto, parece que el brócoli contiene los ingredientes necesarios para ACTIVAR los genes que previenen el desarrollo del cáncer y DESACTIVAR los otros que ayudan a que se propague.
Las investigaciones han demostrado que el germinado de brócoli fresco es MUCHO más potente, permitiéndole que coma mucho menos en términos de cantidad.
En el caso de los brotes de brócoli, con este proceso se ve incrementado su contenido en sulforafano, un fitoquímico considerado como muy eficiente en la lucha contra los radicales libres, el proceso oxidativo y el desarrollo de cuadros cancerosos, a través de la inhibición de la evolución tumoral, presente en los brotes de brócoli en un porcentaje de entre 20 y 50 veces más que en los brócolis desarrollados, según las investigaciones de la Universidad Johns Hopkins.
A su vez, se estima que unos 30 gramos de brotes de brócoli aportan a la alimentación humana el 15% de las cantidades recomendadas por día de vitamina C, 4% de fibra dietética y 2% de calcio, además de resultar un alimento muy fácil de digerir.
En cuanto a las úlceras, algunos estudios científicos certifican que mediante el consumo diario de brotes de brócoli durante 2 meses, es suficiente para que se aprecien cambios positivos en cuadros de ulceraciones bacterianas.
Autor: Dr. Joseph Mercola, Fuente: Un Mundo de Brotes.
Forma de obtener los brotes de Brócoli
- En primer lugar compra semillas orgánicas de brócoli hechas para la germinación, que son ligeramente diferentes a las de cultivo. La mayoría las tiendas de suministro de semillas orgánicas suelen tener estas semillas, pues los brotes de brócoli están ganando popularidad rápidamente.
(Si no las encontraras fabrícalas del siguiente modo: Consigue una plantita de brócoli y espera que el tallo y desarrolle vainas.Retira las vainas una vez que hayan tomado color marrón. Extrae las semillas y descarta las vainas. Luego calienta una olla de agua a 122 °F (50°C), midiendo la temperatura con un termómetro para asegurarte que no sea mayor a esta marca. Remoja las semillas de brócoli en el agua caliente durante 18 minutos. Esto matará cualquier microorganismo patógeno de las semillas. Luego distribuye las semillas sobre una toalla de papel y colócalas en una habitación templada y bien ventilada durante dos semanas para que se sequen. Después de este período, verifica si las semillas presentan signos de humedad. Si alguna sigue húmeda, déjalas secarse una semana más. Por último, coloca las semillas en un frasco y guárdalas en un lugar fresco y seco hasta el momento de plantarlas o germinarlas.)
- Mete tus semillas en un frasco de vidrio de boca ancha y cubre con agua, remoja durante ocho horas. Recuerda que una sola cucharada de semillas de brócoli produce alrededor de una taza y media de brotes, así que cultiva tantos brotes como puedas comer en unas dos semanas.
- Enjuaga las semillas a fondo después de remojar y escurre bien antes de devolverlas al frasco. Cubre el recipiente con una pieza ligera de tela para cubrir los brotes, mientras que les permite respirar. Coloca el frasco en un lugar fresco, semi-iluminado para brotar.
- Retira el paño del frasco y enjuaga y escurre las semillas completamente cada ocho a 12 horas, o dos o tres veces al día. El brócoli tarda más tiempo en germinar que las semillas de muchas otras plantas, por eso tendrás que esperar unos cinco a siete días para obtener resultados.
- Finaliza el proceso dándole un enjuague final y coloca el frasco cubierto con paño en el frigorífico. La refrigeración evitará que las semillas crezcan aún más y te ayudará a mantener tus brotes frescos hasta por dos semanas.
Escrito por Ehow Contributor y traducido por Paulina Illanes Amenábar. Fuente: ehowenespanol.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario