Es cierto. Cuando su cuerpo se inflama se produce una alteración del sistema de autorregulación de las defensas del organismo. Esto no es del todo malo, pues dentro de la sabiduría del cuerpo humano la inflamación fisiológica es normal. El problema se presenta cuando esta inflamación se vuelve crónica y empieza a afectar la calidad de vida.
Con la medicina de regulación fisiológica (MRF) ese control es posible. A diferencia de la medicina convencional que considera la inflamación, no como un proceso de limpieza o restauración, sino como una característica de la enfermedad, la MRF estimula la inflamación normal para limpiar la matriz extracelular de agentes extraños o las propias toxinas del organismo.
Este proceso opera cuando en forma simultánea a la liberación de los mediadores de la inflamación, se secretan los correspondientes mediadores antiinflamatorios, compensándose así el efecto inflamatorio y antiinflamatorio hasta alcanzar la homeostasis (equilibrio).
“Por ello no es del todo malo que se presente dolor, tumefacción, fiebre y pérdida de la función del tejido afectado, mientras que esa inflamación no permanezca en el tiempo”, asegura el doctor Alessandro Perra, presidente de la Sociedad Italiana de Medicina de Regulación Fisiológica y conferencista durante el Simposio Internacional de Medicina Bioreguladora 2014, realizado en Bogotá Colombia.
Pare la enfermedad eterna
Cuando la inflamación es crónica hay que enseñarle al organismo a bloquearla, es decir, a autorregularse, y de esa manera detener a ese “enemigo silencioso e invisible” generador de enfermedad permanente.
La inflamación crónica es sinónimo de intoxicación y oxidación, producto de la relación del ser humano con:
- Contaminantes ambientales.
- Sobrepeso y obesidad.
- Estrés crónico.
- Productos tóxicos y pesticidas.
- Abuso de medicamentos sintéticos.
- Estilos de vida no saludables.
La solución está en el intestino
“El intestino es el órgano central de la homeostasis. Protegerlo y controlar su inflamación permite el equilibrio de cualquier órgano afectado por una enfermedad, pues es en este sistema que se dispara, a manera de punto gatillo, cualquier dolencia, y es también allí donde se somatiza cualquier malestar del resto del cuerpo”, asegura el doctor Perra.
Por eso sanando su intestino alivia, controla o da contrapeso a la enfermedad. Es así como debe enfocar su proceso curativo en el consumo de alimentos orgánicos y vitamina D.
Beneficios de los orgánicos
El consumo de este tipo de alimentos ayuda a equilibrar la flora intestinal y a fortalecer el sistema inmunológico. Además:
- Tienen mayor valor nutritivo.
- Cuentan con el tiempo suficiente de cultivo para sintetizar los azúcares y nutrientes del suelo.
- Eliminan sustancias tóxicas en la dieta por no usar pesticidas en sus cultivos.
- Excluyen hormonas y antibióticos en animales.
- Son un desintoxicante natural.
- Poseen niveles de antioxidantes más elevados que los alimentos fumigados con químicos.
Beneficios de la vitamina D
La medicina biológica incluye a esta vitamina en varios productos, cuyo consumo ayuda a:
- Estimular la proliferación de células epiteliales del intestino (ayudan a eliminar sustancias tóxicas o extrañas del organismo).
- Proteger contra el cáncer de seno, próstata e intestino.
- Regular la mucosa intestinal y su inflamación por bacterias.
- Prevenir y tratar afecciones intestinales y de diferente índole.
La solución antihomotóxica
Un tratamiento biológico tiene en cuenta las homotoxinas causantes de la dolencia y mediante la estimulación del sistema inmunológico impacta las verdaderas causas de la enfermedad. La terapia biológica es siempre un tratamiento de regulación y nunca de supresión.
Con los medicamentos antihomotóxicos se modulan estos procesos de control a través de la estimulación o inhibición de las células de defensa.
Más información www.eurolife.com.co
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